Conversando sobre nuestros planes de viaje, mi señora me preguntó si llevaría mi cámara de video. Yo le dije que no, porque prefería llevar mi cámara fotográfica (y la idea es minimizar el equipaje). Entonces me comentó que sería entretenido grabar no sólo los lugares sino también a la gente con quienes vamos a compartir en el viaje. Un buen argumento --pensé-- así que le propuse que ella lleve la videocámara... y que aprenda a usarla durante estos meses. Para mi sorpresa, aceptó el desafío.
Según la situación, foto y video tienen ventajas y desventajas. A mi juicio, el video viene mejor cuando es importante registrar sonidos y movimiento, y particularmente cuando hay gente en la escena, por ejemplo, un discurso, un show, los primeros pasos de un hijo, cumpleaños de un abuelito, etc... Sin embargo, grabar un video (y que quede bien) requiere más destreza que tomar una foto (más o menos decente), y la resolución de la imagen de video es bastante pobre: 720x480, esto es, apenas 0,3 megapixeles --suficiente para verla bien en una pantalla de TV, pero no para hacer impresiones. Por eso, cuando viajo, donde suelo ver paisaje, arquitectura, gente (habitualmente desconocida), sol, nieve, etc., prefiero tomar fotos más que videograbar...
lunes, febrero 04, 2008
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1 comentario:
Excelente definición, Tigre.
Hay quienes piensan que el video ya ha desplazado en todos los aspectos a la fotografía y claramente no es así.
Ah... y ojalá tu señora nos muestre su talento al filmar.
Un abrazo.
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