miércoles, mayo 23, 2007

Las películas generadas 100% por computadores

Es curioso, pero dada mi cercanía con el mundo computacional, hasta hace poco tiempo no había visto ninguna película 100% generada por computadores. Por alguna razón, en su tiempo no me interesé en ir al cine a ver Toy Story, o más recientemente, Los Increíbles o Cars.
El cine de animación por computadores lo vi venir por allá por 1991, cuando asistí a un seminario de computación gráfica, en que se mostraron cortos con animaciones computacionales. En ese tiempo, ver estas animaciones era realmente fabuloso: recordemos que los PCs domésticos de ese tiempo eran máquinas con procesadores 8088 o 80286, con 1 MB de RAM, con disketeras de 5.25", y disco duro de 20 MB... con suerte tenían monitor en colores... Ni hablar de Internet.

Entonces ver animaciones en 3D, con luces y sombras, con modelos de objetos y hasta de humanos, era realmente asombroso. Algunas de las animaciones presentadas eran rudimentarias, pero otras ya mostraban buenos efectos como los que ahora vemos en películas como Shrek. Claro que el hardware para conseguirlo (computador Atlas) valía cientos de miles de dólares... Hoy eso mismo se consigue con un PC "estándar"...

Han pasado los años. Gracias al DVD, estoy poniéndome al día. Reconozco que después de ver Los Increíbles, me dieron ganas de ver las otras películas. Ya vi Cars, y ahora pretendo ver Shrek The Third (en cine), pero antes necesito ver las dos primeras partes para adentrarme en la historia del ogro verde...

lunes, mayo 21, 2007

Jeans de $2.000

Me gustan los jeans como prenda de vestir, sin embargo no suelo usar porque me cuesta bastante encontrar un modelo que realmente me acomode y me guste (o son muy englobados como de payaso, o me apretan la cintura, etc.), y si hallo un par que más o menos me quedan, son caros (por la misma plata o menos me llevo un par de pantalones semiformales que me sirven para más ocasiones). Por esta razón, cuando una persona conocida me ofreció un par nuevo de mi talla a dos lucas, no lo dudé mucho... (dos lucas es lo que cuesta un rico café en el Starbucks). Me gustó la tela, así que se los compré al toque (ya que había más gente interesada). Después los examiné con más detención, y me di cuenta que eran... jeans de mujer (y yo que pensaba que los hacían con el botón al otro lado). Igual me los puse (suponía que no me iban a entrar o que no daría la cintura). Y no sólo me entraron, sino que me quedaron bien (más o menos como los jeans de vaqueros: ajustados, pero no apretados).
Naturalmente mi temor era verme fleto con ellos. Así que pedí opiniones, y después de escucharlas, me quedé más tranquilo ("Te ves más esbelto").
A veces los paradigmas del vestir no son tan obvios como uno podría creer.