martes, febrero 13, 2007

Transantiago y la c...

Ayer volví a la triste rutina de un trabajo poco agradable. Pero el trauma no vino solo. Aparte de encontrarme con una oficina en total desinformación de lo que había acontecido en estas tres semanas, tuve que sobrevivir a la tontería de Transantiago, el gran negociado de la Concertación. Lindo panorama me esperaba.
Antes, tomaba un bus para ir y volver de la pega. Problema: esperar a que pasara, porque la frecuencia de paso era baja. A veces me choreaba de esperar y tenía que tomar otro bus y combinar con un segundo transporte, pero igual llegaba atrasado.
Ahora, Transantiago me obliga a tomar más de un transporte. Según el mapa estúpido de los recorridos, debo tomar un bus de acercamiento al Metro, y en este medio seguir hasta la pega. La idea es interesante porque el trayecto que hace el Metro lo cubre más rápido. PERO... sí, hay peros. Con este sistema, ya no pasan buses principales por Vespucio (al menos en este trayecto), lo cual significa que todo el mundo que usa esta vía DEBE usar el Metro. Pero lo peor, es que el bus de acercamiento no funciona como debe. Ayer de ida no pasó nunca y tuve que tomar un bus principal, y caminar un trecho hasta el Metro. De vuelta, después de tardar un buen rato, pasó pero no se detuvo. Tuve que usar un taxi pues ya a esas alturas estaba choreadísimo. Hoy logré subirme al alimentador. Pero no hizo el recorrido que aparece en el puto mapa: me dejó más lejos del Metro que ayer. Hoy me pregunto si lograré agarrar el alimentador, y si efectivamente me dejará cerca de casita.
Estamos en Febrero, sin escolares y con menos gente en la ciudad. No quiero ni pensar lo que pasará en Marzo. Este sistema, así como va, va a colapsar de frentón.
Vaticino que este sistema nunca va a funcionar bien, por una razón muy simple: en Chile no existe la mentalidad de países desarrollados, donde cada uno es una pieza de un gran reloj que, para funcionar bien, todas sus partes deben actuar correctamente y en coordinación. Aquí eso vale hongo y cada uno hace lo que se le da la gana (¿de qué sirve que el Metro sea eficiente si los buses que lo conectan no lo son?)
Tengo la alternativa de usar mi auto, donde voy cómodo y me tardo menos, pero conducir en calles colapsadas tampoco me agrada (porque es claro que mucha gente que tenga la misma opción, preferirá su auto), aparte que aumentaré más el kilometraje (y los gastos), y dado que mi situación no me permite cambiar mi auto, lo tendré que pensar más.
De cualquier forma, cada vez se vuelve más estresante, contraproducente y caro vivir en Santiago.

No hay comentarios.: