Aunque últimamente casi no veo tele, anoche encendí un rato el receptor, me paseé por los canales nacionales y me detuve en el programa de Mega ("Cara y sello"), donde apareció Pilar Cox compartiendo con unos vagabundos que estaban atados a las cadenas de un vicio que antes vivió en carne propia la animadora: el alcoholismo.
En particular me impresionó ver a una mujer convertida en un estropajo humano, fétida y enferma, consumida a tal punto, que se negaba a ver a sus hijos o recibir ayuda ofrecida por una amiga de ella (una persona normal) sólo porque ésta (obviamente) no le ofrecía copete. En su mente enferma, solamente desfilaban imágenes de elementos cilíndricos de vidrio, llenas con un contenido espirituoso que hacen olvidar el frío, la miseria, el abandono, o la suciedad.
Fuerte programa sin duda.
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