El día domingo, tipo 18 ó 19 horas, viene la minidepresión pre-nueva-semana. Desde que estaba en el colegio sentía esa angustia, porque ya se venía encima el lunes, volver a la rutina de la semana, volver a levantarse tempranísimo para ir a clases. Ahora ya no soy estudiante, pero la rutina sigue existiendo (y una rutina bastante más chata que ir a clases).
Por esta razón, cuando se viene un lunes feriado, la minidepresión desaparece... para reaparecer el lunes, pero un poco disminuida porque la nueva semana sólo tiene cuatro días.
En fin, la vida es así, al menos hasta que jubile o... hasta que encuentre un trabajo sin presiones, donde los problemas del día laboral no alteren mis nervios, donde los compañeros de trabajo sean amigos y no gente que es amable cuando le conviene y el resto del tiempo no te pesca o simplemente te caga. Sí, sé lo que piensas... que estoy buscando algo que no existe. Pero a veces hay que ser idealista, no para enredarse en búsquedas infinitas, sino para encontrar algo mejor cada día. Creo que lo peor que le puede pasar a uno es conformarse con lo que es o lo que hace.
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