lunes, abril 10, 2006

Música, amistad y... algo más

Gracias a nuestros gustos comunes por coleccionar música, nos conocimos con el Hombre del cintillo por allá por 1997... una historia que ya tendré ocasión de contar, quizá él también narre su versión en algún momento.
La necesidad de ampliar las colecciones dio como resultado conocer a otras personas con quienes también entablamos relaciones, aunque en mi caso, bastante más débiles. Así nacieron las Convenciones CBS, magnos eventos destinados a intercambiar nuestros materiales musicales, pero también para compartir, pasar un buen rato, etc... al menos eso pensaba yo... hasta que agotamos el material de intercambio. Entonces me di cuenta que ya no había interés por parte de los demás de volver a juntarse (salvo el Hombre del cintillo, que nunca decía que no a una convención o miniconvención). A pesar que traté de hacer mis mejores esfuerzos por mantener vivo un club de Tobi, la pasividad de los demás, que tomó otro color cuando un integrante de apellido italiano me acusó injustamente de ladrón (después de haber puesto desinteresadamente a disposición de todos la compra de discos en el extranjero), y cuando otro integrante de dudosa reputación simplemente se dedicó a insultarme porque un día no llevé la carátula de un disco (mío por cierto), terminaron por liquidar un lindo proyecto que podría haber durado mucho más. Al final resultó bastante odioso haber tomado el papel de conductor del grupo, porque ¿qué gané con ello? La enemistad de dos personas y la pasividad de las otras tres, porque aprovecho de decirlo y hacer una crítica: me dolió no haber sentido un apoyo de quienes --se supone-- pensaban como yo, para evitar ensuciarse con la mierda ya venteada. Quizá, no pensaban como yo, quizá también en el fondo me veían como un elemento disociador y no cohesionador. No lo sé. En ese sentido, tal vez lo mejor fue el fin. Aunque quedé como el malo de la película sin pretender serlo. Yo tengo mi conciencia tranquila a ese respecto, fui miembro de un club que prometía mucho, di lo mejor de mi, puse todo de mi parte y recibí a cambio algo que no merecía. No importa. No me arrepiento, porque si me equivoqué en algo, jamás fue en mala. No es mi estilo. Simplemente me quedo con lo bueno de esa experiencia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca se termina de conocer las verdaderas intenciones de la gente que te rodea!

José Miguel dijo...

Habría sido interesante conocer tu crítica hace 5 años, cuando las cosas pasaron y no ahora. Creo que es demasiado tarde y es refácil hacer críticas a esta altura. En todo caso, no se a ojos de quien quedaste como el malo de la película. Es más, no creo que haya un malo de la película, pero lo que si hubo fueron diferencias de opinión, como las hay en cualquier grupo humano. Por otro lado, después los "incidentes" nos seguimos reuniendo, así que creo que este mensaje es un poco exagerado para lo que en realidad fue. Creo que si te sentiste así en un determinado momento, debiste decirlo en ese momento.