lunes, julio 30, 2007

Celulares III

Mi primer celular fue un Ericsson T18z. Corría el año 2000, y tuve que pagar extra por él, ya que el equipo que se suministraba gratis en aquel tiempo era un Nokia 5250 (sí, el mismo "ladrillo" que usaba el "señor Faúndez" para promocionar la entrada de la telefonía de prepago). Y la verdad no ve veía cargando un ladrillo de un lado a otro...
Posteriormente en 2002 cambié a un Ericsson T28 World, con un diseño parecido al anterior pero menos grueso y con LCD retroiluminado. Este aparato lo usé hasta que la batería comenzó a dar signos de agotamiento. Además, el conector de alimentación comenzó a quedar flojo y no conectaba bien. Entonces llegó el momento de hacer un cambio por razones técnicas. Y en 2004 me cambié a un Nokia 1100. Lo acepté a regañadientes pues tenía un teclado de membrana que no me gustaba. Sin embargo el conector de alimentación en los Nokia es más "aterrizado" (un plug cilíndrico), y no tenía ganas de pagar extra por un teléfono.
Con el tiempo fui aceptando este celular, y poco me importaba que no tuviera LCD en colores o que careciera de ringtones polifónicos. Lo importante era que funcionara bien como teléfono. Y se portó bien... hasta fines de 2006.
Al hacer viajes (cercanos a Santiago), de pronto el teléfono quedaba sin cobertura. Al principio no me extraño demasiado, hasta que vi otros celulares de la misma compañía que sí tenían cobertura donde el mío fallaba miserablemente. No tenía duda, había llegado el momento de un nuevo cambio. Fui a la oficina de Entel y simplemente pedí "el teléfono más simple que tenga, Nokia". Entonces la chica que me atendió puso sobre la mesa un Nokia 3220. Lo primero que noté: luces LED por los costados, agarres de goma, y un lente de cámara. Claramente un celular taquillero. "Le dije que busco lo más simple que tenga". "Pues ese es el más simple que tenemos señor, costo cero", me respondió. Y tenía razón. Los teléfonos que parecen teléfonos ya no hay. En fin, me lo llevé. Y mientras caminaba, pensé: "Este debe ser un teléfono para niños, porque un adolescente de seguro lo rechazaría por no tener mp3 o radio". Increíble. Y a mí ya me parecía que era demasiado aparatoso...

2 comentarios:

José Miguel dijo...

Mi historia con los celulares parte el 2000 con el Ericsson 768, el 2002 cambié al Nokia 3390 y el 2006 al Nokia 6020. Y el último cambio fue forzado ya que el teléfono simplemente se murió. A mi tampoco me interesaban los teléfonos que tuvieran cámara, reprodujeran MP3s o tvieran radio, pero te apuesto que si usaras por una semana uno de esos, rapidamente te acostumbrarias a los chiches. Eso si, para mi sigue siendo primordial la función de teléfono y que se escuche bien y que se porte bien cuando quiera llamar, pero si viene con chiches adicionales, bienvenidos sean.

Hombre del Cintillo dijo...

La mia partio con el Ericsson T18z, prepago.... ese ya ni recuerdo que año fue. Pero lo tuve poco tiempo porque me lo robaron. Lo reemplace por un plan con el mismo telefono, porque me gustaba bastante y refleja mucho de mi: simple, fiel, elegante.

18 meses despues (y de esto hará 4 años atrás) decidi olvidarlo por salud mental. Mala idea. perdi mi numero y perdi tambien posibilidades de contacto. Asi que volvi al mundo movil al año despues. Era dueño de un Nokia 1100, de nuevo, prepago. Al año me aburrio su mala antena, y llego el momento de decidir: plan o no plan. Volvi al plan y junto con eso, migre a un SonyEricsson K300. Muy buen telefono, que esta un poco feo, pero aun funciona de perillas. 19 meses despues, llego la hora de algo que me refleje mejor (ademas de tener Bluetooth). El escogido, otro SonyEricsson, el W300, en negro. Se agradecen los chiches..... Pero aun se puede hablar bien con el.