viernes, agosto 31, 2007

Nostalgia de la TV de los '80 (II)

Recuerdo que cuando comencé a escribir en este blog, no sabía por cuánto tiempo lo haría, ni si tendría lectores. Este es mi artículo número cien. Honestamente, no pensé llegar tan lejos. Porque escribir demanda tiempo e inspiración, factores que no siempre se reunen (al menos en mi caso). Aunque sé que es muy poca la gente que lee estas crónicas, de todos modos me gustaría escuchar opiniones sobre este blog.

Siguiendo con mi nostalgia de televisión, hoy hago alusión a un programa que por muchos años fue EL programa de la TV chilena. Me refiero a Sábados Gigantes.
Yo crecí viendo a don Francisco y su show, y muchas veces la entretención del día sábado era sentarme frente a la pantalla y disfrutar del programa. Legendarios concursos como el "dispare Ud. o disparo yo", o aquel en que el concursante recibía un billete si se levantaba y recitaba una frase determinada justo después que el animador decía una palabra clave. Secciones como "La Cámara Extranjera" (al verlo me daban ganas de viajar), "Ud. No Conoce Chile", "SG a sus órdenes", "El Chacal de la Trompeta", humor con Mandolino (mi comediante favorito del show), los Jaujarana, Pepe Tapia, Eduardo Thompson (y otros cómicos, actualmente fallecidos o pasando penurias), "Los Eguiguren", Gloria Benavides y su "Tía Tute", "El Clan Infantil", "El Ranking Juvenil", el coanimador "Yeruba" (feo de parte de Kreutzberger haberlo "borrado" de sus recuerdos del programa), las actuaciones de cantantes (que interpretaban siempre dos temas), etc... Recuerdo cuando el programa partía a las 13:30 y se extendía hasta las 20:30... toda la tarde, pero gracias a la variedad del show no aburría para nada. Y después de Teletrece, otra vez don Francisco, esta vez en su "Noche de Gigantes", como entrevistador.
Lamentablemente (para los telespectadores) don Francisco intentó una aproximación a USA y le resultó, lo que implicó finalizar el programa en Chile... Claro, actualmente se sigue exhibiendo Sábado Gigante (sin las eses) por UCTV, pero ya no es lo mismo, es otro programa, fome, chabacano, dirigido para otro público (mexicanos); a veces cuando lo sintonizo por casualidad, no aguanto mucho tiempo viéndolo. Todos los intentos por llenar el vacío dejado por SG original (el "Pollo Fuentes" con su "Venga Conmigo", o el remedo de su hija en "Gigantes con Vivi") han sido inútiles, porque el programa es irremplazable. Y formó parte de la vida de muchos de nosotros.

jueves, agosto 30, 2007

Tarde libre, cortesía de la CUT

Ayer en Santiago hubo otra jornada de protestas, organizada por la CUT. Como siempre, se esperaban refriegas en el centro (me encanta ese término para referirse a los disturbios), y merma en los buses del Transantiago, lo que obligó a los empleadores a largar temprano a los trabajadores (como yo). De modo que almorcé un poco más tarde que de costumbre, para no volver a la pega. Y aproveché parte de la tarde libre, cortesía de la CUT, en revisar y avanzar en el orden que estoy haciendo en mi PC (con el tiempo he acumulado una gran cantidad de archivos y es necesario ordenarlos, o bien "hacer aseo"). Y comencé a digitalizar grabaciones de programas de TV que tengo guardadas desde 1989. Las cintas se ven bastante bien para tener 18 años, lo cual me tiene bastante entusiasmado en esta tarea de preservación...

martes, agosto 28, 2007

Nostalgia de la TV de los '80 (I)

A veces pienso que sería muy bueno que los canales de TV que tienen programas de los años '80, los transmitan en la actualidad. De ese modo la gente joven podría conocer y valorar la televisión de esa época, lejos muy superior a la porquería de hoy.
Antes yo me entretenía con la TV (como la mayoría de la gente). Lamentablemente en esos años, un VCR era carísimo, y el mío recién pude obtenerlo en 1989... sin embargo, pude grabar algunos programas, que todavía conservo. Uno de ellos fue un microespacio de coreografías de Claudia Miranda, que hace unos años digitalizó un "colega" y que lo subió a youtube, desde donde lo agarró el diario LUN para avisarlo en la edición del domingo pasado. (Parece que no había grandes noticias --o debo decir chismes-- que publicar.)
Me puse a buscar videos de los '80 en youtube, y encontré fragmentos con publicidad y programas. Y casi lloro. Porque practicamente reviví en el recuerdo etapas de mi vida.
Definitivamente voy a desembalar mi VCR y a digitalizar algunos VHS que tengo guardados...

jueves, agosto 23, 2007

Souvenirs prohibidos - téngalo presente

A través de los medios me he enterado del caso de la universitaria chilena que está retenida en Rusia acusada de contrabando (ella había comprado en una feria callejera unas medallas y billetes de la ex URSS, artículos que por lo visto, está prohibido sacar del país).
Esta situación me provoca sentimientos encontrados. Por una parte, encuentro totalmente desmedida la actitud de las autoridades rusas, ya que bastaba con la incautación del material. En nuestro país por ejemplo, está prohibido ingresar frutas y otros alimentos, sin embargo, si alguien es sorprendido violando esta disposición, se le requisan los alimentos, y quizá pasará un mal rato, pero no se le retiene ni se le formulan cargos, y que yo sepa ni siquiera una multa.
Ahora bien, por otra parte, encuentro un poco tonto de parte de esta chica el comprar souvenirs en un mercado persa, ya que de partida su origen es dudoso (entiéndase robado). Y los objetos exclusivamente militares (las medallas) en manos de civiles, si no es mal visto, no dejará de llamar la atención.

Así que ya lo saben... cuando viajen, ojo con lo que traen.

viernes, agosto 17, 2007

Aventuras en la cordillera nevada III

Apenas recorrido un corto tramo, apareció una larga fila de vehículos. El conductor anunció que pasaría a La Parva a recoger a dos pasajeros. Me dieron ganas de reclamar, porque no era justo retrasar el viaje por culpa de dos tontitos que no respetaron el compromiso de abordar el bus en el mismo punto donde nos dejó. Pero nada sacaba, y pensé que no sería raro que hubiesen pagado por el regloneo. Debido a la congestión, el desvío tomó una hora. Seguía nevando, y comenzaba a oscurecer. La fila de vehículos avanzaba unos metros y se detenía por un largo rato. Algunos pasajeros se bajaban del minibus y caminaban un rato al lado, para estirar las piernas. Preferí mantenerme adentro, a pesar de tener el poto molido de estar casi todo el día sentado, pero era preferible al frío extremo y la nieve. Por el lado pasaban vehículos de emergencia, lo que indicaba a las claras que más adelante habían accidentes. Algunos peatones (probablemente gente del sector) ayudaba a los automovilistas, dándoles indicaciones de lo que había más adelante. Yo me saco el sombrero ante ellos, porque hay que tener temple de acero para estar caminando en plena nevazón. A pesar que el uso de cadenas era obligatorio, había autos que no las tenían, seguramente sus dueños presumían de sus vehículos. Pero por muy poderoso que sea un automóvil, en esa superficie ninguna rueda tiene adherencia. Durante el trayecto vi como un 4x4 sin cadenas, inicialmente detenido, comenzó a resbalar sin control y no pudo evitar colisionar al vehículo que estaba adelante. Seguramente lo mismo debe haberse repetido en las curvas de descenso, y bastaba un accidente para obstaculizar toda la vía.
Más de tres horas tardamos en llegar a Farellones (un trayecto que no debe haber tomado más de 10 minutos en el viaje de ida). Todavía faltaba bajar las cuarenta curvas. Eso sí que daba miedo. A pesar que el flujo vehicular era un poco más expedito, había que bajar con sumo cuidado. En varias curvas vi autos abandonados, atascados por la nieve. Conducir con nieve debe ser la prueba de fuego para un conductor profesional.
Cuando terminamos de bajar, los relojes marcaban cerca de las 23:00. Llegamos a la agencia unos 20 minutos después, para abordar rápidamente un taxi a la casa. Yo llegué a la mía pasada la medianoche. Habíamos estado viajando un trayecto de unos treinta kilómetros en seis horas.
Si bien es cierto el mal tiempo nos jugó chueco ese día, este percance nos hizo vivir una aventura que yo jamás me había imaginado y que sin duda perdurará en nuestros recuerdos.

Aventuras en la cordillera nevada II

El minibus comenzó a subir las cuarenta curvas, y en cada una de ellas, aparecía más montaña, y más nieve. De pronto, como a medio camino, el tránsito se volvió lentísimo. Se divisaba una gran fila de vehículos. Claro, mucha gente aprovechó el buen día para ir a esquiar.
De pronto el chofer advirtió que en Santiago se estaban formando grandes nubosidades. ¿Llegarían hasta acá? No quise pensar mucho en eso.
Hasta que llegamos a El Colorado. Una vez abajo, comencé a tomar fotografías, mientras Fran reportaba nuestro feliz arribo. Descubrí rápidamente que estando al sol, no se sentía frío. De modo que nos instalamos en unas mesas al aire libre, con vista a los andariveles. Estaba realmente repleto de esquiadores. Me dieron ganas de tomar un café, pero mil pesos por un mugroso Nescafé me pareció un robo. Pronto me di cuenta que todo lo que se vendía costaba el doble que en Santiago. Fue buena idea haber traído alimentos.
Las nubes comenzaron a subir. Rápidamente seguí tomando fotos. Hasta que empezó a nublarse.
Adelantamos nuestro "almuerzo". Sin embargo, ya sin sol, decidimos entrar a refugiarnos.
Pasaba el tiempo, y afuera la situación se ponía peor. De pronto se perdió de vista la punta de la montaña, hasta que llegó una neblina. Y comenzó a nevar.
Faltaba mucho para las 17, que era la hora de partida del transporte. Salí al balcón a tomar fotos. Estaba muy frío. Tuve que entrar. Y pedir un café. Afuera los esquiadores seguían encaramándose a las telesillas.
Hasta que por fin llegó la hora y nos subimos al minibus. En ese momento sólo pensábamos en el fin de nuestra aventura y volver pronto. Sin embargo, la real aventura recién comenzaba...

Aventura en la cordillera nevada I

El miércoles pasado hice mi primer viaje a Farellones en invierno. Fui con Fran, que ya había estado antes en esos lugares.
Hace años que acariciaba la idea de conocer estos centros de esquí. Mi objetivo no sería esquiar, sino que conocer el lugar y por supuesto tomar muchas fotos.
El primer problema a resolver fue el transporte. No podíamos ir en mi auto porque no tengo experiencia en el manejo sobre pavimento con nieve o hielo, sé que es peligroso y a eso sumamos que el camino es una cuesta muy cerrada, entonces lo adecuado sería viajar pagando un servicio de transporte.
Después nos encargamos de los preparativos típicos para un viaje (indumentaria, equipos, comida), y tan sólo faltaba esperar un fin de semana con tiempo soleado arriba.
El 15 de agosto parecía un buen día, el pronóstico del tiempo anunciaba sol con algunas nubes (pero no nublado), y sin indicios de lluvia. Esperamos hasta la noche anterior para verificar los pronósticos y nos preparamos para madrugar, porque el transporte tenía hora de salida a las 8.
Llegamos a la agencia, que ya estaba llena de esquiadores, mayoritariamente extranjeros. Recuerdo que sólo me había faltado comprar guantes (los que había visto en tiendas valían un dineral), pero no me preocupaba mayormente, porque tenía un par de guantes rasca que le iba a pasar a Fran (como yo iba a estar tomando fotos, no podía estar con guantes, y si se me congelaban las manos, me las metería al bolsillo. Afortunadmente mientras esperábamos, apareció un vendedor ambulante ofreciendo lentes y guantes. Los examiné y me parecieron muy decentes y a un precio razonable, así que compramos para los dos. Ya estábamos totalmente equipados.
Partió el minibus camino a Farellones. El día estaba precioso. Un sol radiante y unas pequeñas nubes. Poco a poco aparecieron los cerros, la nieve, y luego las montañas. Un espectáculo que valía la pena disfrutar. Y todavía no comenzaba la cuesta.

domingo, agosto 12, 2007

Una lista lista

El sábado celebramos en mi casa mi cumpleaños (que fue día de semana). Sólo vienen a verme mis cinco tías y tío, y alguna amistad relacionada con la familia. Nunca fallan (salvo si están enfermos... después de todo, todavía estamos en agosto). A veces algún amigo o conocido me llama para saludarme, pero nadie más. Consecuentemente, tengo presente los aniversarios de mis tíos y una que otra amistad, pero nadie más.
Tomando en cuenta lo anterior, cuando tuve que confeccionar la lista de invitados para mi matrimonio, no lo tuve que pensar mucho. Tenía muy claro que había gente que estaría porque yo quería que estuvieran presentes, como el caso de mis tíos. Y otras personas las tendría que invitar "por obligación familiar", como los hijos de ellos (mis primos). Después de todo, los familiares son los "amigos que elige Dios, no uno".
Por lo mismo me reventó cuando mi vieja quiso incluir como invitados extra a unos primos de ella... gente que no tiene mayor relación conmigo, que jamás veo, y que me desagradaría ver comiendo y chupando con cargo a mi cuenta. Y como nosotros (los novios) organizamos y pagamos, rápidamente remedié la situación reemplazando a estos personajes por otra gente conocida que aunque no son de la parentela, valen mucho más, por su desinterés, su atención, su amistad, su preocupación, su intención.

jueves, agosto 09, 2007

El espectáculo de la nieve

Ayer fue un día de lluvia, como cualquier día de invierno. Salvo por un detalle: hacía mucho frío. Y lo normal es que el frío venga después de la lluvia, no antes ni durante. Entonces me dije a mí mismo: "ya que hace tanto frío, podría nevar..." Claro, nieve ha caído en Santiago, pero en los barrios altos, como si fuera un espectáculo reservado para los ricos. Lo que yo quería era que nevara en mi casa, algo que jamás había visto.
Y nunca lo había visto porque durante mi vida ha nevado dos veces en mi casa: cuando tenía dos años, y recuerdos de eso no tengo, y la última vez en 1990, cuando estaba de vacaciones en Antofagasta. En 1999 casí neva, pero en realidad lo que cayó fue agua nieve.
Cuando salí del trabajo, pensé que podría nevar, pero seguía lloviendo. Regresé a casa, y el ambiente estaba muy helado. En los barrios altos estaba nevando, pero pensé que, como siempre, la nieve no iba a bajar hasta acá. Decidí acostarme temprano. Estaba conversando por Messenger cuando me avisan por este medio que estaba cayendo nieve. Di un vistazo por la ventana, y efectivamente estaba nevando, suavecito, pero nieve al fin. Rápidamente saqué mis cámaras para capturar un bello momento que quizá cuándo podría volver a ver. No fue mucho lo que logré captar debido a la oscuridad de la noche, pero eso no importaba, así como tampoco el frío del momento; lo importante fue que nevó por fin.
Al día siguiente pensé en tomar más fotografías, ahora con luz. Sin embargo, gran parte de la nieve se había fundido, y sólo quedaron algunos residuos. En la calle podía ver autos con sus techos y vidrios nevados. Un bonito espectáculo que ojalá pueda ver nuevamente y no tenga que esperar otros 35 años...

miércoles, agosto 08, 2007

Reggaetón y otros vómitos musicales

A veces enciendo una radio con dial, y lo barro para ver qué están transmitiendo las emisoras que no suelo escuchar. Y cada vez que lo hago, noto un proceso de firme decadencia...
En los '80s, las radios FM transmitían una variedad de estilos musicales, desde música selecta a rock, y si bien es cierto había música de mala calidad, también había buenos temas e intérpretes.
En AM estaban las radios dedicadas a los programas hablados (noticias, deportes, etc.).
Sin embargo, en los '90s algo pasó. Algo malo. Bastó que apareciera una radio FM que "rompía con todo", imponiendo programas hablados, para que las otras inmediatamente copiaran la idea y también desplazaran la música por parlamentos, casi siempre monólogos o discusiones entre personajes pelafustanes, actores cesantes, o gente que sabía hacer dinero con sus escándalos personales (por cierto, todos ellos muy bien pagados). Resultado: actualmente hay horas en que muchas radios no transmiten música, y no queda más remedio que apagar la radio y sacar los CDs (o los mp3s).
En AM el desastre fue peor. Las grandes radios migraron a FM (porque la moda son palabras y no música), o bien sencillamente desaparecieron. Las emisoras que sobrevivieron, sucumbieron ante el poder de la plaga evangélica, y actualmente si hacemos un barrido por la banda AM en la noche, 3/4 partes del dial está dominado por ellos, más algún sinvergüenza que se aprovecha de la ignorancia del bajo pueblo para venderles promesas de bienestar a precio de oro, como un tal Omarcito...
Y por si no fuera ya grande la magnitud del desastre, las radios juveniles en FM se han postrado ante la moda más tonta que he visto en años: el reggaetón.
Yo me pregunto: ¿Acaso los compositores e intérpretes actuales son tan mediocres o definitivamente malos, que lo mejor que pueden sacar a relucir es una letra picante y limitada con un ritmo machaquero como el reggaetón?
Menos mal que no fui joven en esta época.

martes, agosto 07, 2007

Televisión II

Con pocos años de funcionamiento, los dos Alba sufrieron de un agotamiento de la pantalla, y la imagen desplegada era cada vez más débil, casi al punto de que casi no se podía distinguir nada. En 1984 fueron recambiadas y podría decir que fue una resurrección de ambos televisores.
A principios de 1987 conseguí que me compraran un TV portátil, de 4", blanco y negro, pero con sintonizador similar a una radio y con banda UHF (en ese tiempo costó 20 mil; hoy por 10 mil se puede comprar uno similar).
Ese mismo año, gracias al dinero obtenido en un concurso (teníamos suerte con los sorteos), compré mi primer televisor, un Sony de 14", en colores naturalmente, y con telemando. $120.000 de aquel tiempo. Pero la calidad de la imagen era notablemente superior. Disfruté mucho este televisor, hasta que lo vendí en 1995.
En 1989 mi felicidad se completa al adquirir un videograbador JVC. Podía ver y grabar programas a mi entero gusto.
Posteriormente en 1995, ya ganando mis primeros pesos, le regalé a mi señora madre un TV de 21". En ese tiempo costaban casi $200.000, mientras que los de 14" ya habían bajado a unos 80 mil. Tanto me gustó este televisor, que al poco tiempo compré uno para mí. El viejo Tatung tuvo que ser vendido en poco dinero. Los Alba, nuevamente agotados, ya los había vendido mi madre, también a precio de huevo.
Finalmente en 2000, adquirí un TV de 25", que es el que uso en la actualidad. Los receptores de 21" comenzaron a evidenciar fallas; uno de ellos se lo vendí muy barato a un "maestro" chasquilla, y el otro todavía lo tiene mi madre. En poco tiempo más espero dejarle el mío, y ahí veré qué hago... si me decido por un LCD o plasma, o espero por un TV de alta definición.

Televisión I

Mi relación con la televisión es bastante estrecha, pues fue una de mis principales distracciones desde siempre (como debe haber sido para todo el mundo).
En mi casa había un televisor Geloso, a válvulas ("tubos"), ignoro las dimensiones pero era "grande", del cual casi no tengo recuerdos... salvo del día en que lo vendieron, y yo debo haber tenido unos cinco o seis años. Para entonces ya evidenciaba fallas de funcionamiento, lo que me hace pensar que debe haber sido un aparato de la época del Mundial de 1962 o de esos años.
En reemplazo del Geloso, se compraron dos televisores IRT Alba transistorizados de 12", que significaron un gran cambio, porque ahora podíamos ver programas diferentes a la misma hora. Uno en el dormitorio de mis padres y otro en el living de la casa.
Mi recuerdo más lejano de ver televisión son imágenes de un desfile militar... y mi cara de asombro a ver las misma imágnes aunque cambiara de canal (girando la típica perilla selectora de canales que la juventud de hoy no conoce ni en fotos...).
Hacia fines de los '70 y principios de los '80, yo veía cómo el resto de la gente comenzaba a comprar televisores a color, y nosotros no. Claro, en ese tiempo el acceso a un receptor en colores era bastante más restringido que en la actualidad, y mi familia no tenía grandes ingresos de plata y la verdad, no estaba muy interesada en un TV en colores.
En 1982, mis padres participaron en un concurso de un matinal de TV de aquel tiempo, y ganaron un televisor en colores. No lo podía creer. Recuerdo que esperaba impaciente el momento de ir a buscar el premio. Cuando abrimos la caja, me sorprendió ver una pantalla bastante diminuta (9") de un televisor Tatung Dynamic, más profundo que alto o ancho, pero eso no importaba, con tal de poder ver por fin una imagen que no fuese en grises.
Como ahora teníamos tres televisores en casa, uno de los Alba pudo quedar en mi dormitorio. El Tatung permaneció en el living-comedor, pues era costumbre ver tele al almuerzo o la cena.
A veces cuando se emitía alguna película (generalmente en la noche) que me interesaba especialmente, me llevaba el Tatung a mi dormitorio.

lunes, agosto 06, 2007

edad++

(Para quienes no conocen lenguajes de programación computacional, el título simboliza un incremento de una unidad...)
Otra página de mi vida que doy vuelta para comenzar una nueva hoja. Cómo pasa el tiempo... y nos vamos poniendo viejos.
Quizá ni me dé cuenta cuando esté nuevamente dándole vueltas al contador.
Hoy sin embargo como día lunes laboral no hice celebraciones... serán para el sábado.